viernes, 23 de octubre de 2009

Hay una enfermedad terrible asechando desde ahí, en el principio de los tiempos. Pero… Es insólito, estuvo desde siempre, quien no ha sido contagiado lo estará en cualquier momento. Me refiero, a esa enfermedad llamada mal de amores. Cuando usted está enfermo de esa enfermedad, a usted le da por encerrarse entre 4 paredes y no querer saber de nadie, a usted le da por bajar la luces, a usted le da por EXTRAÑAR a alguien que se fue, y a usted le da también por guardar la esperanza, la firme esperanza, en su pecho, de que esa persona que se fue, la está pasando igual de jodido de lo que la está pasando usted. Pero siempre viene un amigo infeliz, a decirle que vio a esa persona, pero que la vio muy bien, que está muy contenta, y a usted no le gusta. Entonces a usted le da por escribir cartas, cartas y mas cartas, que no le manda a nadie porque no hay nadie que pueda recibir semejante barbaridad, además, se da cuenta que está un poco pasadito de moda, lo de hoy es el correo electrónico, tira todas las cartas a la basura, se va a la PC, se pone enfrente a la pantalla, y se pone a escribir en el teclado las mismas barbaridades que escribía, aquí es mas fácil borrar, con una tecla y chau. Pero el tiempo actúa en estos casos, usted va canalizando la nostalgia, y usted empieza a canalizar un poquito más con el corazón, y entonces empieza a escribir cosas con un poquito más de sentido, como por ejemplo usted podría empezar a escribir: …

Mi Amor:
Te conozco desde el pelo hasta la punta de los pies, sé que roncas por las noches y que duermes de revés, sé que dices que tienes 20 cuando tienes 23. Te conozco cuando ríes y tus gestos al amar, sé de aquella cirugía que a nadie le has de contar, sé que odias la rutina un poco más que a la cocina.
Dime si ella te conoce la mitad, dime si ella tiene la sensibilidad, de encontrar el punto exacto donde explotas al amar. Dime si ella te conoce la mitad, dime si ella te ama la mitad, de lo que te ama esta loca que dejaste en libertad.
Reconozco lo que piensas antes que empieces a hablar, sé de tus 150 dietas para adelgazar, sé que padeces de insomnio y que fumas sin parar.
Imagino esas charlas que en mi honor han de entablar, y hasta sé lo que este viernes le has de hacer para cenar, y es que tanto te conozco que hasta sé, me has de extrañar.
Dime si ella te conoce la mitad, dime si ella tiene la sensibilidad, de
encontrar el punto exacto donde explotas al amar. Dime si ella te conoce la mitad, dime si ella te ama la mitad de lo que te ama esta loca que dejaste en libertad. Y es que tanto te conozco que hasta podría jurarte mueres por regresar.

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